Aunque en finanzas personales hay muchos horrores, te dejo con los 9 “horrores” fundamentales que debemos evitar si queremos lograr paz financiera:
#1. No hay planificación
Hace más de 2,000 años un hombre llamado Sun Tzu dijo: “aquel que está siempre preparado y espera lo inesperado será victorioso”. El General y estratega de la guerra sabía que la preparación era importante.
¿Cuántos de nosotros nos encontramos en la situación de no tener el dinero suficiente para cubrir con nuestras demandas? O aquellos que descubren que las deudas están hasta las nubes. Al no existir un plan financiero no nos damos cuenta de los recursos disponibles que tenemos, los que necesitamos y no necesitamos para lograr las metas financieras que queremos.
#2. Se compra riesgo y pagamos trabajo
Con esa actitud temeraria sacamos la cartera sólo para gastar. Trabajamos para gastar. Asumimos que el trabajo existirá hasta la eternidad y que el día tiene 25 horas sólo para gastar. Es así que nos hacemos consumistas temerarios y menos cautelosos.
#3. La culpa la tiene el crédito
Es como un amigo me corrigió cuando le dije que las computadoras son problemáticas. No es la computadora sino quién las programa. Lo mismo pasa con el crédito. No es el crédito o el fácil acceso al financiamiento el causante de muchas de nuestras dificultades financieras sino el que maneja el crédito.
#4. No se hace un presupuesto
Es claro que una persona que no hace un plan, es menos probable que haga un presupuesto. La necesidad detrás del presupuesto, no es hacernos la vida miserable, sino una técnica inventada que nos ayuda a relacionar lo que queremos con lo que tenemos disponible.
Aquel que tiene la intención de aumentar riqueza se maneja con un presupuesto.
Pregúntate ¿qué harían las compañías, gobiernos e instituciones sino hicieran uso de ésta técnica?
Pregúntate ¿qué harían las compañías, gobiernos e instituciones sino hicieran uso de ésta técnica?
#5. No leemos lo que firmamos
Hay muchos de nosotros que sufren al ver cómo los balances mensuales en las tarjetas suben, suben y suben. No tomamos el tiempo de saber la hipoteca que adquirimos, la inversión que realizamos o a quién le damos nuestro dinero. Y el problema es que muchas de las decisiones que tomamos no pueden ser reversibles porque ya firmamos algo que sí especificaba lo que creíamos que no estaba.
Dicen que lo bueno y el veneno vienen en frasco pequeño. Lo caro también viene en letra pequeña.
#6. Queremos todo ahora
Somos los aventureros del medio oeste. Sin ninguna duda nos ponemos el sombrero “cowboy”, arrugamos las cejas y masticamos el tabaco. Con una rapidez que hasta Billy de Kid se quedaría “kid”, desembolsamos la “tarjeta 357″ o una ametralladora de dólares. Cada vez que entramos al pueblo llamado “Centro Comercial” nos reciben con el pecho abierto queriendo ser las victimas de nuestras balas con la marca de”Grant”, “Lincoln” y “Jackson”.
A lo lejos está la viuda prudencia que llora desconsolada.
#7. Ganamos un 2% y pagamos un 18%
Qué me dices de aquellas personas que son conservadoras en prestar dinero pero muy agresivas cuando se trata de pagar deudas. Cuando invertimos tenemos una aversión al riesgo extremo que adquirimos un retorno que raspa el de la inflación pero financiamos comidas y entretenimiento con tarjetas donde pagamos un interés altísimo.
#8. No queremos aprender
“Al existir mayor expansión en la disponibilidad del crédito, más importante se hace la educación financiera. En este creciente mercado complejo y competitivo como el de servicios financieros, es esencial que el consumidor adquiera el conocimiento que le permitirá evaluar el mejor producto o servicio ofrecido por el mercado y determinar cuál cumple con sus necesidades a corto y largo plazo”. Alan Greenspan, abril 8 del 2007.
La democratización del conocimiento de las finanzas personales es uno de los retos más importantes en nuestra sociedad actual. Es la nueva guerra al analfabetismo del siglo XXI. La crisis económica sacó a relucir tres problemas claves: un mundo financiero más complejo, no sabemos entender el lenguaje financiero y la sociedad nos exige cada vez más responsabilidad individual de nuestras decisiones con el dinero, no importando si los resultados fueron buenos o malos.
#9. Obviamos los errores del pasado
“Aquellos que no estudian la historia están condenados a repetirla” dijo el filósofo Santayana. Y es cierto. Hay muchos errores tan comunes que pueden ser evitados con sólo revisar lo que hicimos. Y no son solo los nuestros, también es ver los de otros. Los errores de los Fuscones, de los Walkers y de los tantos otros, ricos y no tan ricos, son casos de estudio clásico que necesitan estar en nuestra biblioteca de finanzas personales. La historia de otro puede ser nuestra brújula, nuestra bola de cristal al futuro y nuestra salvación.
Al final, tú decides.
Jaime Mamani Mendoza
Representante Mundial Autorizado
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La Paz - Bolivia
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